Leyendas del Fútbol

Sir Matt BUSBY, el padre del Manchester United.

"Él era el Manchester United", señaló Bobby Charlton el día de su muerte. Busby fue el entrenador que levantó la primera Copa de Europa tras la tragedia de Múnich.

  29/11/2017

El Manchester United asienta su historia sobre sólidos pilares. Uno de esos pilares es Sir Matt Busby, el gran entrenador del Manchester United. “Él era el Manchester United”, recordó Sir Bobby Charlton el día de su muerte, el 20 enero de 1994. "Vi las lágrimas, y el significado de lo mejor de lo que se podía lograr en el juego en el que habíamos hecho nuestras vidas", dijo más tarde Sir Bobby Charlton sobre el día del funeral. "Él siempre nos dijo que el fútbol es más que un juego. Tiene el poder de brindar felicidad a la gente común. En la tristeza y la lluvia, esa creencia era la gloria de la vida que acababa de terminar, y el orgullo inquebrantable que sentía al formar parte de ella”, añadió Charlton.

Los orígenes: 200 partidos con el Manchester City

Alexander Matthew Busby nació en el pequeño pueblo minero de Orbiston, en Bellshill, Escocia, el 26 de mayo de 1909. Su padre, Alexander Busby, era minero, y falleció en la I Guerra Mundial por el disparo de un francotirador alemán en la Batalla de Arras, el 23 de abril de 1917. Otros tres tíos suyos también murieron en la Gran Guerra. Empezó a trabajar como carbonero y a jugar en el Denny Hibs en 1928. Se desempeñaba como lateral derecho. Ese mismo año, el Manchester City, entonces en Segunda División, lo fichó con sólo 18 años. El joven Matt Busby tardó un año en debutar y en su primera temporada marcó cinco goles. En 1930 se reconvirtió como centrocampista y el Manchester United se interesó en su fichaje, que al final no se produjo. Fue en su época del City cuando jugó su único partido con su selección, la de Escocia, en un partido ante Gales en octubre de 1933.

Jugó 200 partidos con el Manchester City; luego pasó a ser icono e historia del Manchester United como entrenador

En 1936, tras más de 200 partidos con el Manchester City y con una FA Cup en su palmarés, Matt Busby fue traspasado al Liverpool FC por 8.000 libras. Busby se hizo muy pronto con la confianza de los técnicos y la afición y llegó a ser elegido capitán del equipo. En el Liverpool coincidió con Bob Paisley, procedente de un pueblo minero como él. Les unió una buena amistad y el tiempo quiso que, años después, ambos fueran dos de los más destacados entrenadores de Inglaterra. Busby estuvo jugando hasta 1941, cuando la Segunda Guerra Mundial estalló y, como muchos otros, tuvo que acudir a la llamada del Ejército, si bien para trabajar en el Reino Unido. Durante la II Guerra Mundial se empleó como entrenador de fútbol de una unidad del Ejército y esta labor hizo que el Liverpool le ofreciera un puesto como técnico. Pero también apareció la opción de ir al United. A través de un amigo de sus años en Manchester, Busby se puso en contacto con la directiva de los diablos rojos. El escocés planteó al club unas exigencias sin precedentes en las islas. Pidió, entro otros asuntos, el control absoluto de la plantilla, naciendo así la figura del Manager. El United, por aquella época un club secundario en Inglaterra con varios ascensos y descensos, aceptó las exigencias de Busby, quien se hizo cargo del club en 1946.

La primera etapa

Sir Matt Busby construyó dos grandes equipos en el Manchester United. El primero fue después de la Segunda Guerra Mundial, y con Old Trafford arruinado por una guerra. Ganó la Copa FA de 1948 allanando el camino para el título de liga de 1952, el primero del club tras más de cuatro décadas de vida. Con ese éxito se empezaron a construir los cimientos del futuro. La juventud de sus jugadores se convertiría en el sello distintivo del un equpo que, de la mano de Busby, empezó a desarrollar las instalaciones de entrenamiento del club y dinamizar la red de búsqueda de talentos.

Nacieron así 'Los Busby Babes', como se los conocía, logrando un título de liga con un colchón de 11 puntos. La edad media del equipo era tan solo de 22 años. Con un imponente dominio en casa, Busby estaba desesperado por exponer su lado del fútbol europeo y, en contra de los deseos del secretario de la Liga de Fútbol Alan Hardaker, el pionero escocés llevó a su equipo a jugar la Copa de Europa, en la primera participación de un equipo inglés en la competición. Europa era el objertivo de Busby y un club que se encontró con la tragedia el 6 de febrero de 1958. El viaje había transcurrido según lo previsto, con repostaje en Múnich incluido, pero a la vuelta, tras conseguir el pase a la semifinal europea después de empatar contra el Estrella Roja (3-3), todo fue distinto. El vuelo salió de Belgrado con retraso, porque Johnny Berry, que sería uno de los supervivientes, no encontraba el pasaporte y los aduaneros hicieron que se descargase el equipaje para que lo buscase.

Busby creó 'Los Busby Boys', un equipo que ganó la Liga inglesa de 1956 con una media de edad de solo 22 años

Una vez en Múnich, con un paisaje nevado y poca visibilidad, hubo dos intentonas fallidas: en dos ocasiones la nave trató de despegar sin éxito, la segunda después de que los pilotos notasen un ruido extraño en los motores. Por eso, en la segunda ocasión en la que fueron desalojados del avión, Edwards envió un telegrama a su casa "Todos los vuelos cancelados. stop. volamos mañana. stop". No fue así. El avión trató de salir una tercera vez, sin suficiente fuerza para elevarse sobre la valla del perímetro del aeropuerto, con muchos de los jugadores convencidos de su destino (estoy preparado para irme con el señor, dijo el católico Billy Whelan). El ala izquierda y la cola de la nave chocaron contra una casa deshabitada. Murieron 23 personas, entre los que se encontraban siete jugadores, tres miembros del equipo técnico, ocho periodistas que viajaban con el equipo, un agente de viajes y un hincha y amigo personal de Busby.

Le dieron por muertos hasta en dos ocasiones

Matt Busby yacía sobre la nieve, cubierto de sangre, rodeado de los cadáveres de sus compañeros del Manchester United. Cuando Bill Foulkes se acercó a su entrenador, oyó el agónico silbido de lo que, imaginó, era el estertor de un moribundo. “Exhaló un terrible gemido”, recordaba Foulkes. “Pensé que había llegado su hora”. Busby sobrevivió a la tragedia, a pesar de que había sufrido un desgarro en un pulmón y fracturas en las costillas en el accidente aéreo de Múnich en 1958. Pasó dos meses en un hospital y y recibió en dos ocasiones la extremaunción. La existencia misma del Manchester United, no obstante, se encontraba seriamente amenazada: ocho de sus jugadores habían fallecido en el accidente, otros dos no volvieron a jugar al fútbol jamás, y Kenny Morgans se convirtió en una sombra de aquel magnífico e ingenioso extremo derecho que había hecho las delicias del mundo. A pesar de los pesares, el club decidió seguir adelante, pero Busby no deseaba formar parte de su futuro. “Estaba completamente decidido a no tener nada que ver nunca más con el fútbol”, declaró el que fue en una ocasión internacional con Escocia. “Pero mi esposa, Jean, me dijo que los muchachos habrían querido que siguiera, y me convenció de lo contrario”.

Busby: "Estaba totalmente decidido a dejar el fútbol, pero mi esposa, Jean, me dijo que los muchachos habrían querido que siguiera, y me convenció de lo contrario”.

Los Diablos Rojos

A Busby le quedaban seis supervivientes, incluidos el defensa Foulkes, el guardameta Harry Gregg y el prolífico mediocampista ofensivo Bobby Charlton, para poner en marcha el proceso de reconstrucción. El delantero escocés Denis Law llegó del Torino en 1962, y el norirlandés George Best debutó al año siguiente. Best, en el documental sobre su vida, relata cómo eran esos días en el club tras la tragedia de Múnich: "Nadie hablabla sobre el accidente, era una especia de tabú". Todos esos nombres contribuyeron a que los Diablos Rojos, como Busby había bautizado a su nuevo equipo, ganaran la Copa de la FA en 1963 y los títulos de liga en 1965 y 1967. Al Manchester United le había llegado el momento de luchar por la Copa de Europa. Tras eliminar al Hibernians de Malta, al Sarajevo de Yugoslavia y al Gornik Zabrze de Polonia, el United concertó una cita en semifinales con el equipo contra el que, según todos los pronósticos, estuvo destinado a medirse en la final de 1958: el Real Madrid. Un despiadado ataque de Best otorgó a los de Manchester la victoria por 1-0 en la ida, celebrada en Old Trafford, y dos goles de última hora en el Bernabéu, ambos a pase de Best, sentenciaron el empate a tres del campeón inglés en la vuelta y le adjudicaron el puesto en el partido decisivo.

Sir Boby Charlton y su abrazo con Busby tras ganar la Copa de Europa: "Recuerdo que me abracé a Matt. ¡Habíamos sufrido tanto! Cuando lo miré a la cara, vi una mezcla de alivio, éxtasis y un orgullo absolutamente inmenso"

Aquella final se disputó en Wembley, ante más de 92.000 espectadores. En ella participó también un Benfica que ya había alzado el trofeo continental en dos ocasiones, se había impuesto a la Juventus en casa y a domicilio en semifinales, y contaba con la magia de los formidables Mario Coluna y Eusebio. Foulkes y Charlton, supervivientes de la tragedia de Múnich, se alinearon en el once inicial del United, en el que destacaba la ausencia del lesionado Law. Como ambos equipos vestían habitualmente de rojo, los de Manchester se enfundaron en un uniforme azul y los lisboetas salieron de blanco. La primera mitad estuvo muy igualada, con ocasiones para ambos contrincantes, y salpicada por los hipnóticos regates del temible Best, que provocaron infinidad de tiros libres. Por su parte, su homólogo en el Benfica, Eusebio, tras escaparse un instante de la marca férrea de Nobby Stiles, estrelló el balón en el larguero. Pese a todo, se llegó al descanso sin goles.

El gran momento

El Manchester United se hizo con el dominio del juego tras la reanudación, y tan sólo necesitó diez minutos para abrir el marcador. Sadler centró el balón desde la izquierda y Charlton lo picó de cabeza con maestría para colarlo por la cepa del palo. Una magnífica parada en dos tiempos de José Henrique impidió el segundo del United, y un disparo endiablado de Jaime Graça en el minuto 75 igualó el marcador para el Benfica. Cuando faltaban muy pocos minutos para el final del encuentro, las Águilas estuvieron a punto de hacerse con la victoria. Eusebio, con un cambio de ritmo apabullante, se coló entre los dos centrales del United y se encontró solo ante el portero Alex Stepney, quien encandiló al personal con un paradón tan impresionante que incluso Eusebio lo felicitó con una palmadita en la espalda. Una imagen que pasó a la historia.

El partido se vio abocado a la prórroga, que a la postre decidiría si la Copa de Europa iría a parar a 200 kilómetros al norte del estadio o al oeste de Portugal. En el minuto 3, un amago de Best, de esos que embelesaban a propios y extraños, dejó sentado a José Henrique. El número 7 terminó la jugada empujando el balón a la meta vacía para poner por delante al Manchester United. Brian Kidd, quien ese día cumplía 19 años, amplió la ventaja con un gol de cabeza, poco antes de que Charlton batiera la puerta rival por la escuadra para completar aquella victoria por 4-1.

Alivio y éxtasis

Charlton levantó el trofeo delante de los familiares de los fallecidos en el accidente de Múnich. Años después recordaría: "Fue una noche maravillosa porque, en cierta manera, arregló algunas cosas. Habíamos sufrido una tragedia enorme. Matt se sentía responsable por haber convencido a aquellos padres de que le enviaran a sus hijos a jugar para él. Matt consideraba parte de su familia a todos los jugadores que habíamos perdido. Estaba más destrozado que nadie por lo que había ocurrido en Múnich". "La emoción tras el pitido final fue increíblemente intensa. Recuerdo que me abracé a Matt. ¡Habíamos sufrido tanto! Cuando lo miré a la cara, vi una mezcla de alivio, éxtasis y un orgullo absolutamente inmenso. Aquel triunfo le proporcionó cierto consuelo".

Diez años después del ocaso más oscuro de la historia del Manchester United, Matt Busby había consumado la ascensión del club hasta el cénit más brillante. Fue la manera más apropiada y conmovedora de rendir homenaje a las 23 personas que habían perdido la vida en la tragedia aérea de Múnich. Para los seguidores del Manchester United que pueden recordar, el desempeño de Busby provoca amplias sonrisas y ojos húmedos en igual medida. Su filosofía era simple: las personas trabajadoras trabajaban duro toda la semana con la expectativa de ver fútbol y merecían ser entretenidas. Aquellos que frecuentaban los partidos del United en la época de Busby rara vez se decepcionaron.

Alex Ferguson, en su presentación como entrenador del United: "Matt Busby es el hombre más importante de la historia del club, porque sin él no existiría la leyenda del Manchester United y este club no seguiría siendo prestigioso tras casi 20 de años de malos resultados”

Busby se retiró poco después del triunfo de Wembley, convirtiéndose en director de fútbol en el United y siendo honrado por sus servicios al deporte con el título de Sir. Sin embargo, los resultados del United volvieron a caer tras su salida, coqueteando incluso el equipo con un descenso. Todo hasta que apareció Alex Ferguson. Busby jugó un papel influyente en el nombramiento de un joven compatriota de Aberdeen. Así nació una dinastia de los diablos rojos. El United recordará para siempre al hombre que cambió la historia del club. Días después de su muerte, Old Trafford, en un partido entre el United y el Everton, le despidió con un sentido minuto de silencio.

Redacción: Sergio Fernández.

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