La práctica de calentar antes de hacer una actividad física es un hábito consagrado y consensuado tanto por los entrenadores como por los practicantes de los ejercicios. La percepción de sus beneficios puede ser considerada hasta intuitiva, sin embargo, es importante entender un poco mejor cómo el calentamiento funciona para valorar aún más su importancia.
Cuando iniciamos una actividad desde el estado de reposo, nuestro cuerpo va a hacer una transición a un estado de mayor actividad metabólica, que demanda una serie de ajustes en varios órganos y sistemas. El objetivo mayor de esta transición es proporcionar al efector del movimiento, o sea, el músculo, condiciones para producir más energía y adecuar esa energía producida a la exigencia del ejercicio.